Las olas

Desde el primer programa de Ada Lovelace hasta los avanzados modelos generativos actuales, la tecnología ha redefinido continuamente nuestras expectativas tecnológicas. Todos hemos utilizado en las últimas décadas herramientas de machine learning o deep learning de manera cotidiana. Sin embargo, en los últimos años hemos visto cómo la IA ha evolucionado de manera exponencial y ha impactado de manera directa en todos los procesos de las organizaciones.

IA Generativa e IA General

Pues sí, vivimos en una ola tecnológica que va a gran velocidad. Quién nos iba a decir hace apenas 2 o 3 años que íbamos a ser capaces de mantener conversaciones generativas con un modelo de IA. El impacto que ha tenido la IA Generativa en los entornos empresariales es (y aún queda) brutal.

Entendemos como IA Generativa aquella que es capaz de analizar todos los datos existentes en su base de conocimiento y generar nuevo contenido, pero ¡OJO! estos modelos utilizan la probabilidad para pronosticar cuál es el mejor output en base al input introducido.

Por poner un ejemplo, los modelos de IA Generativa analizan todas las palabras en su base de datos y calculan la palabra más probable para comenzar la respuesta, a continuación predicen las siguientes palabras basándose en la probabilidad de que ocurran juntas. La IA Generativa, por tanto, selecciona combinaciones probables de palabras para encajar con el contexto del input. Así se genera ese nuevo contenido. Por tanto, modelos que pueden replicar al humano, no son capaces de aprender por sí solos.

Ahora bien, en las últimas semanas hemos visto diferentes noticias, como la de Sam Altman diciendo que OpenAI sabe cómo construir un modelo de Inteligencia Artificial General (AGI). Aquí es donde cambia todo. La IA, actualmente, puede replicar y trabajar en base al entrenamiento que se le ha facilitado. La AGI es el punto en el que la IA es capaz de realizar cualquier tarea cognitiva humana e incluso mejor que los propios humanos. Esos modelos (en principio) serán capaces de aprender por sí solos: no van a replicar, van a crear.

Que la AGI disponga de sistemas capaces de actuar de manera autónoma tiene muchas implicaciones. A nivel teórico se ha especulado mucho con el impacto que pueda tener esta autonomía. Estos modelos podrán, por ejemplo, ser conscientes de las consecuencias de sus acciones. Y de esta manera, puede reflexionar en base a estas consecuencias, para actuar de diferente manera en otra ocasión. Esto puede sonar (y ser) vertiginoso, sin embargo lo más importante es saber adaptarse al momento, al contexto y a esta nueva tecnología.

El surfeo de la ola

Esas nuevas y vertiginosas tecnologías sumas a la volatilidad del mundo son (y serán) una realidad tangible. Ante este paradigma, la adaptación organizacional y operativa es la clave para focalizar todos los esfuerzos en la generación del valor. Las predicciones para poder llegar a construir esos modelos de AGI comienzan en 2030, pero no importa el mañana, porque la incertidumbre para dentro de 5 años es gigante. Lo importante es la capacidad organizacional para adaptar todos nuestros recursos a esos cambios.

La realidad y lo tangible es que la IA Generativa está entre nosotros. La inclusión de la IA Generativa en nuestros procesos para optimizar el esfuerzo con un enfoque claro de valor añadido debe ser prioridad para toda compañía que quiera adaptarse al cambio.

Desde SADE queremos acompañar a aquellas organizaciones que estén inmersas en este proceso de adaptación. Sabemos que el camino hacia la transformación puede tener espinas y que, en un mundo donde la protección de la información es crítica, elegir las herramientas adecuadas, más que una opción es una necesidad estratégica.

El avance tecnológico ha demostrado que la seguridad de los datos, el gobierno de dicho dato, es fundamental para evitar fugas de información que puedan comprometer los cimientos de cualquier compañía. Por eso, soluciones como PrivateGPT de Fujitsu, diseñadas con la seguridad como eje central, son clave para garantizar una adaptación confiable y robusta en nuestros procesos.

La ola que viene es grande, pero en SADE estamos listos para acompañarte a surfearla con éxito, asegurándonos de que tu organización no solo llegue a la orilla, sino que alcance el verdadero valor que ofrece la transformación tecnológica.